Manolo Pedrolo

Hace mucho, mucho tiempo, pasó algo de lo que no me acuerdo, porque no había nacido.
Pero quien sí nació fue una leyenda entre los héroes, su nombre, a pesar de que hay testimonios que cuentan que no es su verdadero
nombre, porque algo tan fantástico y heróico no puede ser real, es: Manolo.

Manolo nació como una persona normal, no sólo por el orificio de salida al nacer, sino también por aspecto, después de amputarle los
otros 2 o 3 brazos inútiles con los que nació debido a mutaciones genéticas que sufrió en su gestación por la ingesta masiva
de red bull por parte de su madre.
Creció como un niño normal, estaba en casa con una familia cariñosa, atenta, iba al colegio, coloreaba con pipo, se descojonaba vivo
pintando penes enormes en la pizarra, en su adolescencia disfrutó fastidiando a los profesores empalándolos en postes a la entrada del colegio...
Era poco conflictivo, cuentan ahora los supervivientes.

Pero un día, cuenta la leyenda, después de visualizar durante un mes seguido la trilogía del señor de los anillos en versión extendida sin parar, tras perder una apuesta (no consiguió robar un paquete de bolígrafos en un chino sin dejar cadáveres). Aprovechaba su Ipod para no parar de ver la trilogía en clase. Debido a ésto su mente evolucionó definitivamente, y empezó a adentrarse en otros territorios de la realidad, inexplorados para la mayoría de mortales.

Estaba convencido de que en algún lugar de la ciudad, se escondía un trozo de piedra, un meteorito con poderes que los extraterrestres de una tal raza que el llamaba "Ompa'esh" habían enviado a la tierra para que él restableciera el orden en el mundo. Hablaba de ello con toda persona que se le cruzaba, preguntaba si habían visto algo que le pudiera dar una pista, hasta que tuvo una idea reveladora.

Decidió dibujar un mapa de una ciudad inventada que no tenía nada que ver con la suya con una cera crayola blanca, y tras ésto lo tiró a la basura.

Lo había encontrado, éso le mostró la dirección definitiva, aunque nadie sabe por qué. Para facilitar la exploración, decidió lanzarse desde una azotea con paracaídas para encontrar más rapidamente el punto al que debía ir. Se echó su bote de Réflex "para-caídas y golpes" y se lanzó en busca de...un ostión mayúsculo.
Como no puede ser de otra forma, Manolo murió.




Pero sigue contando la leyenda, que una vez en el cielo, San Pedro, descojonandose celestialmente, por pena le dió ése meteorito poderoso, y le mandó de vuelta con los mortales, porque alguien tan gilipollas merecía al menos morir dignamente, de modo que le dió una segunda oportunidad.
Cuando Manolo desperto en el ataud, todo a oscuras, tumbado y con olor a pies de haber estado tiempo encerrado ahí, recordó la escena en la que Frodo y Sam aparecen colocados fumando hierbas mágicas. Era una escena tan feliz que recuperó las fuerzas para escapar de ahí. Le pegó un cabezazo con todas sus fuerzas a la tapa del ataud por dentro, y quedó inconsciente.

Cuando despertó dolorido, palpó cerca suya, y descubrió que tenía algo sujeto en la mano derecha...era algo así como una piedra. Dándose cuenta, muy trabajosamente debido a su tontuna crónica, de que no tenía escapatoria, decidió entretenerse haciendo algo que siempre le había divertido superlativamente desde que tenía memoria, que era poco tiempo. Apoyó la piedra en la tapa interior, y vió como ésta dejaba un surco blanco, como tiza. Decidió entretenerse y pintar un pene gigante, del tamaño de hasta donde alcanzaba con la mano, en el interior de la tapa. Pero mientras se descojonabav locamente él sólo, algo insólito pasó.

Cuál fue su sorpresa cuando un enorme y cálido pene se desplomó con todo su peso encima de Manolo. No daba crédito a lo que acababa de pasar, pero mejor aún fue cuando vio que la tapa del féretro tenía un agujero con la forma del dibujo
que momentos antes ahí estaba. Consiguió así escapar de su entierro.

Utilizó la piedra vilmente, usándola sólo para su propio beneficio. Se servía de ella tanto como para regatear con los vendedores de CD pirata como para cumplir sus deseos eróticos con muñecos humanoides con forma similar a la humana ya que el dibujo no era su fuerte. Cuenta la leyenda que un día dibujó un coche de frente mientras cagaba
y el muy tonto volvió a morir atropellado en su propio cuarto de baño. San Pedro, descojonado otra vez, le dijo que era muuu tonto, que ni había alien ni ná, y que la piedra se la había dado para reírse un rato, pero decidió sin embargo disminuir un poco tanto poder,
y obligó a Manolo a aceptar que las cosas que dibujase sólo estarían hechas del material sobre el que dibujara, fuese cual fuese el nivel de detalle.

Manolo, como buen tonto aceptó, y desde entonces vive muy feliz retirado a una tienda de campaña cerca de una autovía donde se divierte tirando piedras a los coches que consigue dibujando piedras encima de una piedra, y con un grave trastorno obsesivo por cualquier cosa que le inspire un anillo.